“Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa,
en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso, jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!”
– César Vallejo

Tres personajes se encuentran en el tiempo, en el instante preciso en el que sus vidas se detienen. Son los que no nacen ni mueren, los suspendidos. Su dolor como eco alojado en la memoria, en forma de padres que no fueron y música lejana que se escucha dentro y se hace carne en el cuerpo.