EL DESCONOCIDO

Sinopsis

Supe de su existencia mucho antes que él sepa de la mía.

Supongo que comencé a admirarlo porque todxs lo hacían; hay algo que lo vuelve un ser casi mitológico.

Tomaba sus clases y soñaba con que me llame para alguna de sus obras: eso nunca sucedió.

Empecé a preguntarme si era posible que sea yo quien convoque a ese minotauro de ojos frágiles para que baile mi danza, si le interesaría moverse distinto, si eso que se presentaba fluido, inteligente y organizado podía deshacerse. ¿Cuál es la identidad de un bailarín en el movimiento ajeno?

Tuve miedo al proponérselo. También después y otro tanto hace pocos días.

Tal vez, en la danza de hoy, algo de mí puede aparecer en él.

Sobre la obra

Gustavo, un bailarín de vasta trayectoria, también consagrado como coreógrafo, director y maestro, es convocado por Juan Salvador, un coreógrafo incipiente.

Inicialmente no había otra premisa más que ésa sutil maniobra en el punto de partida: el intercambio de los roles que habitualmente ocuparían según sus edades, su reconocimiento en el medio y sus trayectorias.

Esta otra dimensión de lo posible se despliega a partir de preguntarse ¿quién puede convocar a quién? ¿cómo circula el poder dentro un proceso creativo? ¿existe la posibilidad de hackearlo?

Luego, surgieron y permanecen activas algunas preguntas sobre cómo transmitir el propio movimiento ¿Se puede ocupar un cuerpo ajeno desde la danza? ¿Cómo relatamos el movimiento para otrxs? ¿Cómo es el esfuerzo físico de comprender? ¿y el de alejarse de un hábito? ¿Cuál es la huella que el movimiento deja en la materia y la imaginación? ¿Qué aparece al ocupar la incomodidad? ¿Cuál es el tiempo que hay en el cuerpo?